Llegamos al barrio ya de noche, pues está a 35 km de la ciudad y por las tardes hay tanto atasco que puedes tardar unas 2 horas en salir, es como la A-6 pero a lo salvaje: se forman carriles alternativos por los arcenes o por cualquier hueco que aparezca, la gente cruza la calle cómo y cuando le apetece…Dicen que aquí la gente tiene más miedo a la lluvia que a los coches: en cuanto empieza a llover todo el mundo huye hacia su casa, pero si esta en medio de la calle y le pasan 5 coches pitando y casi llevándoselos por delante ni se inmutan! En fin, muy folklórico todo! Como estaba diciendo, llegamos por fin a nuestro barrio: Mumemo, y nos encontramos que la casa de voluntarios está bastante animada. Nina e Iñaki, los voluntarios de África Directo que han estado aquí este año y a los que venimos a relevar, están de viaje, pero hay otros 2 voluntarios: una portuguesa, Alexandra, que ya ha pasado muchas veces por aquí y que trabaja para una organización que se dedica a integrar a enfermos y gente excluida a través de espectáculos y cursos de danza, cantos, etc. Y un chico español que vive en Lisboa, Max, que es cámara y ha venido con Alex para grabar algunos de estos espectáculos y tal vez hacer una película del barrio. Son majísimos aunque todavía nos cuesta lo de hablar en portugués, sobretodo porque el acento de Lisboa es super cerrado e incomprensible! Alex debe pensar que Miki está sordo o es un poco cortito porque no entiende ni la mitad de lo que ella dice, aunque para no quedar mal afirma y sonríe como si estuviese entendiendo, así que aunque ella esté diciendo que se ha muerto el hijo de una señora y que esta se ha puesto enferma, Miki afirma y sonríe… En fin, ¿quién no ha hecho eso alguna vez cuando no entendía ni papa de lo que le decían? Yo tampoco es que lo pille todo pero, aunque lo hablo peor, tengo un poco mas de oído que Miki y resulta muy divertido ver como no se entera de nada! Eso sí, de aquí a una semana seguro que lo habla perfecto!
Bueno, además en la casa hay dos mujeres del barrio: Tia Maria, es la que cocina y limpia la casa (vivimos a todo confort) y la otra, Tia Laura, se encarga de cuidar a una señora que también está ahora en la casa, es la madrina de una de las monjas y como hace unos meses sin saber porqué se le paralizaron las piernas, ahora está viviendo aquí para que la cuiden un poquillo. Es Vovó (abuela) Josefina, tiene 82 años y aunque a veces se le va un poquillo la cabeza es encantadora, seguro que tiene una vida muy interesante así que ya le preguntaremos! También para cuidar de ella se queda a dormir en la casa una de las niñas del internado, Laura, así que esto está siempre muy animado!
Miki con Tia Maria y Bea con Tia Laura y Vovó Josefina
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