1.- Levantarse por la mañana y desayunar.
2.- Ir a internado a enseñar a los niños que tienen turno de tarde y que no saben leer y escribir a lo propio.
3.- Por el camino te encuentras a gente del barrio. Te invitan a su cumpleaños o a su casa más tarde. La segunda persona con la que te encuentras es el enfermero. Hay que coger la ambulancia (qué gran necesidad había de esto aquí!) y llevar enfermo y medicamentos al Hospital de Marracuene, que queda cerca de nuestro barrio. La lectura y escritura quedan para después.
4.- Vas al hospital. Colas enormes para el enfermo. Coges las medicinas (tras un buen rato de espera, no se aclaran cuales van para nuestro centro de salud) y vuelves. Das las clases de leer y escribir que habías dejado pendientes.
5.- Vas a buscar al ingeniero. Preguntas por unos planos de la obra. Nos los da. Además, supuestamente viene el técnico de "Aguas de Mozambique". Toca esperar. Al final no aparece. Pero te ves las obras y vuelves con unas fotos debajo del brazo. Hay que intentar hacer algún cálculo en casa…o quedará hecho a ojo. Ya hay deberes para por la noche.
6.- De camino varias personas te asaltan. Tienen enfermedades y necesitan medicamentos. Hacemos lo que buenamente podemos. Mandamos para centro de Salud.
7.- Llegas a casa y en el internado de niñas, todas quieren jugar.
8.- Empiezas a jugar y aparece de nuevo el enfermero. Esta vez es grave. Una embarazada y algún enfermo con SIDA que está grave por alguna enfermedad o infección.
9.- Corres para la ciudad con la sirena. Esquivas coches.
10.- Los peatones cruzan la carretera. En Mozambique, cuando empieza a llover, la gente tiene miedo y corre a casa. Curiosamente, cuando viene un coche a 100 km/h, el miedo no existe y es posible cruzar.
11.- Los semáforos se convierten en recomendaciones.
12.- Llegas al hospital. Colas importantes, pero a los graves se les atiende (ya pondremos una cita de la descripción de un hospital del libro "El Antropologo Inocente", porque es exactamente lo mismo que aquí). Los enfermos se quedan ingresados (espero que no nos tengan que ingresar nunca en un hospital de aquí). Es curioso cómo un enfermo de SIDA puede ser ingresado y dejado en una cama…sin mosquitera!!!! (y ves mosquitos malariosos rondando). Esto es para hacernos una idea…
13.- Vuelves a casa. Atasco. Llegas a casa
14.- A terminar todo lo que no pudiste hacer por los veinticinco frentes que se abrieron (estudios de agua, justificar facturas del proyecto de agua y fosas, hablar con aquellas personas que no pudiste hablar, etc.)…
Por suerte, pudimos descansar un día en una de las increíbles playas de este país. Qué gran paradoja: cuántos recursos y cuánta pobreza...
lunes, 15 de junio de 2009
Un dia en Mumemo, 14 pasos
lunes, 8 de junio de 2009
Mumemo: empieza la fiesta
Empieza el trabajo! Ya sabíamos que veníamos a un proyecto complicado, pero parece que va a ser todavía peor de lo que pensábamos…Con las hermanas es imposible hablar porque solo están pendientes de la visita que va a hacer el Presidente de la República al barrio, tienen que prepararlo todo y no tienen tiempo para nada ni nadie más! Además no tenemos mucha información de lo que se ha hecho y lo que no en los últimos meses, así que estamos un poco perdidos. Hemos empezado a hablar con la gente, a recorrer el barrio y a buscar respuestas para intentar saber cómo están las cosas! Lo malo es que parece que todo está bastante atrasado y no paran de aparecer problemas: el camino por el que tenían que pasar las maquinas de construcción ha sido ocupado por gente que ha puesto sus casas y huertas en medio (ilegalmente, pero no les podemos destrozar todo y dejar sin casa!), el estudio topográfico y el estudio de agua que pensábamos que estaban hechos resulta que están incompletos y han usado demasiado el ojímetro, en el banco ponen excusas para no dejar sacar el dinero (primero tardan 2 semanas en entregar los cheques que se necesitan para sacar dinero, y ahora dicen que como máximo solo se pueden retirar 3.000 euros cada día, así que hay que ir cada día a Maputo a sacar dinero hasta que juntemos lo necesario para hacer una compra grande de materiales, pero el dinero solo lo puede sacar la hermana, y como ella esta liada con lo del presidente…todo se retrasa!!).
Además de todo eso hay que acostumbrarse a que aquí la puerta de casa está siempre abierta así que continuamente viene gente a avisar que necesitan que recojamos a un enfermo con la ambulancia, o para que le ayudes con algo que necesita, o simplemente para saludar, lo cual es genial, pero no nos dejan trabajar! Lo de la ambulancia es una historia curiosa. Resulta que hace un mes se mandó un contenedor desde España lleno de cosas, entre ellas una ambulancia. Como española que es, tiene el volante a la izquierda, pero resulta que aquí conducen por la izquierda, con lo cual los coches tienen el volante a la derecha, asi que con esa excusa nos tienen a nosotros de conductores de ambulancia. Al principio pensábamos que iba a ser algo puntual, incluso estaba bien bajar de vez en cuando a la ciudad para llevar a alguien al hospital, pero ya llevamos 700 Km hechos y empieza a ser demasiado, más que nada porque nos quita mucho tiempo de trabajo, y a veces de sueño! Pero bueno, la verdad es que cuando ves a los enfermos da bastante pena. La mayoría son enfermas de SIDA, totalmente consumidas (la más habitual es una mujer de 34 años, que pesa 31 kg…alucinante, y es muy triste porque es bastante formada, incluso tenía un trabajo en la compañía eléctrica, pero ahora obviamente no puede trabajar y casi ni moverse. Las hermanas le dan comida y los medicamentos para el sida son gratuitos, pero ahora está con tuberculosis y todo se complica. No es que no haya hombres enfermos de SIDA, los hay, pero la mayoría o se van o no lo dicen. Asi que las mujeres se quedan solas con los hijos, muchos de ellos también enfermos. Es muy triste la situación, por suerte hay un grupo de activistas del barrio que se dedican a visitar a estas familias, asegurarse de que tienen comida y de que toman los medicamentos, y para ayudarles a integrarse en la sociedad y no sentirse marginados, de hecho muchos de estos activistas están ellos mismos también infectados por el virus.
Parece que ahora también está habiendo muchos casos de malaria, aunque esperamos que pase pronto porque ya empieza el fresquito y los mosquitos deberían empezar a morirse.
Otra de las actividades que nos ocupa mucho tiempo es estar con los niños y niñas de los internados (unos 150 en cada uno) y del barrio. La verdad es que son geniales, es imposible dar un paso sin oir a todos los niños que te saludan: Mana Bea, Mano Miki!!! (lo de Mano/a es una forma de respeto para llamar a los mayores, a partir de los 30 dejas de ser mano/a y pasas a ser tio/a, y mas tarde, ya para los viejitos, serás Papá/Mamá o Vovó). El único problema es que tienen demasiada energía, son totalmente hiperactivos y a veces resulta agotador estar con todos! Aunque casi todos están escolarizados aquí la enseñanza es pésima, asi que no es raro encontrar a niños que con 12 años no saben leer y mucho menos escribir. Asi que estamos dando también clases de alfabetización, aunque como ya decía, la hiperactividad y la magnitud de niños lo complica todo! Pero, como dicen aquí, “ktsongo, ktsongo” (poco a poco!).
"La estampida"
Llegada a Mozambique
El día 21 llegamos a Mozambique! Va a ser un gran cambio: de trabajo, de idioma, de clima, de gente…y aunque la experiencia en Uganda ha sido genial, también tenemos ganas de asentarnos en nuestro sitio y comenzar con el proyecto que ya llevamos meses preparando. En el avión conocemos a una chica brasileña que lleva varios años trabajando para la Comisión Europea y ahora está en el Programa Mundial de Alimentos, majísima, nos ha dado su contacto para lo que necesitemos. Poco a poco empezamos a notar el carácter latino de los mozambicanos (heredado de los 500 años de colonización portuguesa) muy cercanos, amables y risueños. Aunque también hay que decir que al llegar al aeropuerto nos sentimos un poco abandonados porque estuvimos casi 2 horas esperando a que vinieses a recogernos… en realidad no sabíamos con total certeza si alguien sabia que llegábamos, y no teníamos ni móvil ni nada así que esperamos pacientemente a que alguien apareciese…Finalmente vinieron dos de las monjas y alguna otra persona del barrio (aquí los medios de transporte se aprovechan al máximo, aunque no llegan al nivel de Uganda de meter a 9 adultos en un taxi (verídico: 4 delante (2 por asiento, incluido el del conductor) y 5 atrás, todos bien sudaditos gracias al clima tropical, inolvidable!))
Llegamos al barrio ya de noche, pues está a 35 km de la ciudad y por las tardes hay tanto atasco que puedes tardar unas 2 horas en salir, es como la A-6 pero a lo salvaje: se forman carriles alternativos por los arcenes o por cualquier hueco que aparezca, la gente cruza la calle cómo y cuando le apetece…Dicen que aquí la gente tiene más miedo a la lluvia que a los coches: en cuanto empieza a llover todo el mundo huye hacia su casa, pero si esta en medio de la calle y le pasan 5 coches pitando y casi llevándoselos por delante ni se inmutan! En fin, muy folklórico todo! Como estaba diciendo, llegamos por fin a nuestro barrio: Mumemo, y nos encontramos que la casa de voluntarios está bastante animada. Nina e Iñaki, los voluntarios de África Directo que han estado aquí este año y a los que venimos a relevar, están de viaje, pero hay otros 2 voluntarios: una portuguesa, Alexandra, que ya ha pasado muchas veces por aquí y que trabaja para una organización que se dedica a integrar a enfermos y gente excluida a través de espectáculos y cursos de danza, cantos, etc. Y un chico español que vive en Lisboa, Max, que es cámara y ha venido con Alex para grabar algunos de estos espectáculos y tal vez hacer una película del barrio. Son majísimos aunque todavía nos cuesta lo de hablar en portugués, sobretodo porque el acento de Lisboa es super cerrado e incomprensible! Alex debe pensar que Miki está sordo o es un poco cortito porque no entiende ni la mitad de lo que ella dice, aunque para no quedar mal afirma y sonríe como si estuviese entendiendo, así que aunque ella esté diciendo que se ha muerto el hijo de una señora y que esta se ha puesto enferma, Miki afirma y sonríe… En fin, ¿quién no ha hecho eso alguna vez cuando no entendía ni papa de lo que le decían? Yo tampoco es que lo pille todo pero, aunque lo hablo peor, tengo un poco mas de oído que Miki y resulta muy divertido ver como no se entera de nada! Eso sí, de aquí a una semana seguro que lo habla perfecto!
Bueno, además en la casa hay dos mujeres del barrio: Tia Maria, es la que cocina y limpia la casa (vivimos a todo confort) y la otra, Tia Laura, se encarga de cuidar a una señora que también está ahora en la casa, es la madrina de una de las monjas y como hace unos meses sin saber porqué se le paralizaron las piernas, ahora está viviendo aquí para que la cuiden un poquillo. Es Vovó (abuela) Josefina, tiene 82 años y aunque a veces se le va un poquillo la cabeza es encantadora, seguro que tiene una vida muy interesante así que ya le preguntaremos! También para cuidar de ella se queda a dormir en la casa una de las niñas del internado, Laura, así que esto está siempre muy animado!
Miki con Tia Maria y Bea con Tia Laura y Vovó Josefina
Suscribirse a:
Entradas (Atom)